domingo, 10 de enero de 2010

NUEVO MAÑANA de Jesús y Leonor


NUEVO MAÑANA.

Cuando contemplas desde la ventana
el hermoso jardin de los olivos,
y miro tu tristeza solitaria,
es que estàs en el mundo de los vivos.

Me parece tan sutil esa mirada,
tan llena de deseos incomprendidos,
que quisiera despertar una mañana,
con besos de tus labios, en mi prendidos.

Entregarte la esencia del amor,
despues de despertar y hacerte mìa,
que suspires y alientes a la vida,
y que lleves mi ser por todo el dìa.

Y si acaso llegara algun recuerdo,
cuando miras triste en la ventana,
piensa que el despertar del nuevo dia,
que el amor se te darà cada mañana.

JESUS ALBO


LAS ALBORADAS


Son las alboradas de mi vida
jardines de otoño deshojados,
arroyo cristalino sin murmullo
la tristeza que me amarga.

Escudriño el horizonte, ansiosa,
no veo al trovador que me cante
tus versos de amor en la distancia
dejando mi alma vacía, desolada.....

Lloro al viento y le imploro
lleve mis lamentos a tu ventana
cuando al amanecer te asomes
buscando el sol de la mañana.

Las mañanas caprichosas, sinuosas....
de asomarme a la ventana.....
donde el viento, tu viento
arranca destellos a mi mirada.

Leonor Rodríguez R.


LA VENTANA

En la ventana que miras està el cielo,
y ahi las aves juegan silenciosas,
en las noches las estrellas rompen velo,
y en los jardines florecen muchas rosas.

Solo hay una mujer a la que espero,
que me inspira los cantos lisongeros,
ella es...el alma solitaria, la que quiero,
la que hace mis versos pasajeros.

JESUS ALBO



AVES MIGRATORIAS

Como aves migratorias
buscando al sol que las arrope,
te busco en el horizonte
en mi ventana enrejada,
como pájaro preso
en tu jaula dorada.

Pajarillo de bello canto,
embaucaste mi alma enamorada
de tus trinos melodiosos
cantando lo que me amabas.

Miro a las estrellas
en mis noches de agonía,
la Luna me corresponde
con cara compungida;
siente el dolor mío...
cuando aquel día....
la hiciste partícipe
de tus cantos de alegría,
también la engañaste
con tu bailoteo, bello plumaje,
de unir nuestros corazones
con cintas invisibles de amores
que no destruiría
ni el más salvaje rayo
que en tu casa entrara,
dando nueva luz a tus entrañas.

Leonor Rodríguez
Rodríguez



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